Hallan vivas a tres jóvenes secuestradas hace diez años en EEUU

Cuatro 07/05/2013 08:42

Gina DeJesus, Amanda Berry y Michele Knigh desaparecieron entre 2002 y 2004 y tras inútiles búsquedas las habían dado por muertas hasta que la segunda llamara este domingo a la policía y se identificara pidiendo ayuda.

Tres hombres de origen hispano, de 50, 52 y 54 años, hermanos, han sido detenidos en relación con este incidente, dijo la policía. En las próximas 36 horas se presentarán los cargos contra ellos, uno es el propiertario de la casa, donde las jóvenes han permanecido encerradas.

Un vecino del secuestrador dijo haber escuchado gritos provenientes de la casa contigua y de una patada logró abrir la puerta y sacar a una de las jóvenes.

El hombre, Charles Ramsey que se ha convertido en héroe del vecindario, ha contado que la joven salió con su hija y desde su casa llamó a la policía.

"Hola policía ayúdeme, soy Amanda Berry," dijo la joven. "He sido secuestrada y creo que he estado perdida durante 10 años, estoy aquí. Estoy libre ahora .... He estado en las noticias durante los últimos 10 años ... con Gina." Así le explicó a los agentes quién era.

"Es un día increíble. Todavía estoy como en shock", dijo. "Ellas han sido encontradas el Día de la Madre .... Esto es genial", dijo el vecino.

Berry desapareció el 21 de abril de 2003, el día antes de su cumpleaños número 17. Ella había llamado a su hermana para decirle que estaba regresando a casa desde su trabajo en un Burger King cercano.

La policía cree que ha tenido una hija de su secuestrador, aunque las pruebas médicas determinarán todos los pormenores del caso.

Knight, tenía 21 años cuando fue secuestrada, salía de casa de su primo el 23 de agosto de 2002. Su familia creyó al principio que se había ido de casa por un enfado, tras perder la custodia de su hijo.

DeJesus, de 23 años, tenía 14 cuando desapareció en 2004 cuando caminaba por su barrio camino a casa.

"Todas están bien, lucen bien", dijo Gerald Maloney del Hospital donde permanecen bajo observación médicas. "Son conscientes de todo lo que está pasando, y estamos muy feliz de que estén a salvo y en buenas condiciones."

El dueño de la casa, donde permanecieron encerradas tenía una vida aparentemente normal. Era un conductor de autobús y ninguno de sus vecinos daba crédito a que mantenía secuestradas a tres jóvenes en el interior de su casa.