“A mi tío o lo mataron por una deuda o he sido yo y soy un gran mentiroso”

Ángel Moya / Malena Guerra 02/11/2016 11:21

Desordenado y divertido en casa, aunque retraído y sombrío en cuanto surgía algún asunto que no le gustaba. Así era Patrick con sus primeras compañeras de piso en Alcalá de Henares. Pilar, Erika y Jesús compartían sofá y sus vidas con el asesino de Pioz desde semanas antes de los crímenes del 17 de agosto. Y no fue casualidad que el asesino confeso eligiera los días en que sus compañeros de piso estaban fuera de Madrid para asesinar y descuartizar a sus tíos y sobrinos en su chalet de Pioz.

Pilar fue la primera en regresar de viaje al piso de la calle Julián Merino de Alcalá a las 13:00 del día 18 de agosto de 2016. Sólo habían pasado unas horas desde que Patrick asesinara a sus tíos y a sus primos de 3 y 1 año de edad y el homicida tras descuartizar los cuerpos de los adultos y limpiar de mala manera el escenario del crimen había regresado al piso donde dormía inquieto en su habitación. "Cuando llegamos a la casa estaba todo sucio y desordenado, Patrick salió de su habitación y al reprocharle como estaba todo se volvió a meter en su cuarto...ya no fue el mismo, antes era bromista y simpático, y desde ese día siempre estaba enfadado, a veces triste y ya no ponía música...se pasaba el día encerrado en su cuarto". Pilar, Jesús y Erika convivieron con el asesino confeso durante 12 días más sin saberlo. Los cadáveres de las cuatro víctimas de Patrick se marchitaban en el salón de su chalet de Pioz sin que nadie los descubriera. El 31 de agosto el propietario echó del piso a Pilar , Erika y Jesús para meter a tres jóvenes italianas estudiantes erasmus que pasaron a ser las nuevas compañeras del homicida.

Los cadáveres se descubrieron el 17 de septiembre de 2016 y la televisión informaba de ello el día 18. A Patrick le sorprendió la noticia haciendo deporte y no se perdió ni un detalle del caso en los monitores del gimnasio. Volvió directo a su casa sin perder un minuto, un rato después Francesca, Giorgia y Valentina regresaban a casa y se encontraban cara a cara con su compañero de piso. No se lo podían creer, nunca lavaba los platos ni recogía la casa, pero Patrick estaba limpiando todas las zonas comunes del apartamento con lejía, y lo hacía a conciencia. “Es que me gusta ayudar a limpiar, les dijo tan fresco” …y esperó un día más para comunicarle a las chicas que los cadáveres descubiertos en Pioz eran de sus familiares. El estupor dio paso a la preocupación entre las jóvenes italianas y crearon un grupo de whatsapp en el que incluyeron a su esquivo compañero de piso para obligarle a responder a la montaña de dudas que se le planteaban.

Primero rogaron a Patrick que les garantizara que ellas estaban a salvo, que la presunta mafia o sicarios que habían matado a sus familiares no iban a irrumpir en el piso que compartían con Patrick en Alcalá para ajustar cuentas con el último miembro de la familia. Patrick les tranquilizó…los que según él habían matado a su tío por deudas y trabajos mafiosos sin acabar no sabían que él vivía en ese piso con las chicas. No estaba empadronado en Alcalá. Y una vez despejada la preocupación por sus vidas la curiosidad de las tres italianas se abrió paso en el grupo de whatsapp el día 20 de septiembre de 2016…”¿cómo sabías ayer los nombres de la víctimas si no había salido en la prensa?...¿los mataron justo después de que dejaras de vivir con ellos?...¿por qué te vas a Brasil en vez de cooperar con la policía para resolver los crímenes de tu familia?...” Patrick apenas podía responder vía whatsapp a todas las preguntas “los nombres era un secreto , me pidieron que no los revelara para la investigación…no sabía donde vivían…me voy a Brasil porque aquí estoy ilegal y me puedo defender mejor de las acusaciones de algún familiar” Entre medias Patrick describió el escenario de la carnicería de Pioz “los cuerpos estaban metidos en bolsas de basura, los adultos desmembrados partidos por la mitad, y los niños cada uno en una bolsa…”, ”para Patrick, por favor!” le pedían sus compañeras de piso. Las chicas creían que la Guardia Civil le había contado todo esto a Patrick pero los guardias no habían hablado con él aún, y el detalle no pasó desapercibido a los investigadores de la UCO analizando los mensajes telefónicos del asesino que sabía demasiado.

Las respuestas no convencían a las compañeras de piso de Patrick, todavía menos cuando al entrar en el piso la tarde del día 20 de septiembre comprobaron que Patrick había huído después de pintar la mitad de las paredes de su habitación. “¿por qué te vas?” le volvieron a preguntar y en un ejercicio de sangre fría el asesino se divirtió abriéndoles las puertas a sus sospechas de par en par…”Hacéis otra vez las mismas preguntas…!! Sólo pueden ser dos cosas, o mi tío debía dinero o el responsable soy yo y SOY UN GRAN MENTIROSO” Era lo segundo, y ellas ya lo sospechaban.

Esa noche fue la última vez que chatearon con Patrick. El asesino cogía un vuelo rumbo a Brasil al mismo tiempo que los guardias de la UCO acababan de descubrir la existencia de Patrick. Se escapó por un pelo pero un mes después los guardias consiguieron que volviera a España para entregarse.