Comer y beber demasiado quitan 30 minutos de vida

Noticias Cuatro / Agencias 12/01/2013 17:42

El profesor David Spiegelhalter, estadístico de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), quiso encontrar una manera sencilla de comunicar el impacto de nuestro comportamiento en la esperanza de vida. En su método, ha utilizado el concepto de envejecimiento más rápido o más lento, expresando el efecto de los hábitos de vida diaria como "microlives", es decir, horas y media de esperanza de vida, por lo que media hora de esperanza de vida de un adulto puede ser un "microlife' porque equivale a una millonésima parte de la vida después de los 35 años, explica.

Usando datos de estudios de población calcula que, como promedio de un hábito de por vida, puede perderse un "microlife" por fumar dos cigarrillos, tener un sobrepeso de 5 kilogramos, consumir dos o tres bebidas alcohólicas al día, observar dos horas de televisión o comer una hamburguesa, mientras que también pueden ganarse "microlives" si sólo se toma una copa de alcohol al día, se comen frutas y verduras, se hace ejercicio y se ingieren estatinas, un grupo de fármacos para reducir el colesterol.

Los factores demográficos también se puede expresar en microlives, según la metodología de este experto. Por ejemplo, ser mujer y no hombre supone ganar cuatro 'microlives' al día, así como ser, ser sueco en lugar de ruso, que supone aumentar 21 'microlives' al día en el caso de los hombres y vivir en el año 2010 en lugar de 1910, lo que supone un aumento de 15 'microlives' por día.

Esta forma de comunicación se basa en una metáfora de la 'velocidad de envejecimiento', que ha sido eficaz en el fomento del cese en el hábito de fumar, dice Profesor Spiegelhalter.

Como ejemplo claro, el profesor Spiegelhalter señala que cada día que se fuma una cajetilla (20 cigarrillos) se pierden diez microlives, lo que supone, a su juicio, como si se estuviera "corriendo hacia la muerte a las 29 horas en lugar de 24". No obstante, reconoce que su método tiene limitaciones y que las evaluaciones son aproximadas y se basan en supuestos.

A pesar de las limitaciones, este experto entiende que "una idea razonable de los riesgos comparativos absolutos asociados con la exposición crónica se puede comunicar claramente en términos de la velocidad a la que se vive la vida". "Por supuesto, se necesitarían estudios de evaluación para cuantificar cualquier efecto en el comportamiento, pero no para llegar a la conclusión de que a la gente por lo general no le gusta la idea de envejecer más rápido", concluye.