El hombre se encontraba practicando el kayak en Australia hasta que llegó a una isla situada a cuatro kilómetros frente a la costa. En la isla pretendía realizar una pequeña parada que se convirtió en dos semanas, debido al acoso de un cocodrilo gigante que no le dejaba recorrer de vuelta la distancia hasta tierra firme.
En el diario Mirror, el hombre aseguraba que: “el cocodrilo lo tenía vigilado”, por ello decidió permanecer en la isla hasta que dos semanas después un residente de la zona pudo rescatarlo.
Durante todo ese tiempo sobrevivió con los pocos víveres de los que disponía y se encontró por la zona, junto con el agua que había llevado el primer día que decidió salir de excursión.