La misiva ha sido escrita por la Conferencia de Religiosas Femeninas de los Estados Unidos ('Leadership Conference of Women Religious', LCWR), que fue intervenida en 2012 por el Vaticano ya que advertía que algunos miembros "frecuentemente contradecían o ignoraban la enseñanza del magisterio" frente al debate público del derecho a la vida desde la concepción hasta el final natural. La evaluación concluyó en abril de 2015, dejando "clara" su misión.
Un año después y en el contexto de la carrera presidencial en EE.UU., las religiosas han decidido escribir una carta a los candidatos Hillary Clinton, Donald Trump, al libertario Gary Johnson y a la candidata del partido verde Jill Stein, para reclamarles que "entablen un diálogo político que refleje los principios y valores sobre los que se fundó la nación".
En el escrito, al que ha tenido acceso Europa Press, también exigen a los presidenciables que abandonen la retórica del "miedo" para centrarse en un discurso político que preserve la dignidad humana y el bien común.
"Parece que estamos atrapados en un sistema político paralizado por el extremismo ideológico y el hiper partidismo. Aquellos que están en todos los lados de la creciente división política, a menudo apelan a nuestros instintos más bajos y avivan los temores que rompen el tejido de la nación. No podemos dejar que ganen las voces del odio y el miedo", advierten.
De esta forma, las cerca de 6.000 religiosas estadounidenses llaman a los candidatos a ser "civilizados" y "decentes" así como a desterrar el lenguaje que "falta al respeto, deshumaniza o demoniza" al otro, buscando un diálogo constructivo a pesar de las diferencias. También añaden que se necesitan líderes "valientes" que "digan la verdad".
"Les urgimos a comprometerse con una escucha atenta y un diálogo honesto que respete la dignidad de las personas con las que no están de acuerdo y con la búsqueda del bien común", solicitan, al tiempo que aseguran a los candidatos sus oraciones.
La Conferencia de Religiosas Femeninas de los Estados Unidos está formada por 1.350 miembros que representan a casi el 80 por ciento de las aproximadamente 49.000 mujeres religiosas de EEUU. Las 5671 firmantes de la carta son hermanas católicas de todo el país que atienden a personas necesitadas a través de la educación, la salud y otros servicios pastorales y sociales.