Un mes después de que su marido le propusiera matrimonio, la mujer de 42 años acudió al médico por fuertes dolores de cabeza. Pero el malestar resultó ser una enfermedad terminal: tenía daños cerebrales y que la obligaron a someterse a una operación tan solo unos días después.
A pesar de haberle quitado el tumor, los médicos informaron a la pareja de que se trataba de un caso terminal. Aun así, Jackie ha luchado contra la enfermedad mediante tratamientos de quimioterapia.
La pareja se ha casado. Aunque no siguieron las grandes tradiciones. El banquete tuvo lugar en un restaurante de comida rápida y la noche de boda la pasaron en el hospital. “Comimos en un McDonalds y nos abrazamos, lo que lo hacía perfecto. Para nosotros eso es mejor que cualquier lujo porque simplemente estábamos juntos.”
La familia de los protagonistas ha ayudado económicamente para que la pareja pudiera cumplir el sueño de casarse, ya que los tratamientos médicos habían dejado a las víctimas sin el dinero suficiente para realizar el casamiento. Además, también ha contado con la colaboración de numerosas personas que se hicieron eco de su situación, según la información de The Mirror.