El abuelo descubre que su nieto tiene un tumor gracias a una caricia

Noticias Cuatro 18/02/2016 14:08

La caricia alertó a la familia, porque el abuelo palpó un bulto rugoso que resultó ser un nefroblastoma de Wilms, cáncer abdominal que no tiene origen genético, según publicó The Huffington Post.

El pequeño fue sometido a una ecografía que explicase la masa palpable al riñón derecho de nueve centímetros. Lo peor que ambos riñones estaban tocados por la neoplasia.

La diagnosis fue clara: Ascanio tenía un nefroblastoma bilateral multicéntrico, un tipo de tumor embrionario.

Su padre, contó al medio de información, que los riñones de su hijo parecían "la piel de un leopardo". Unos pocos meses más y "el tumor se los habría comido".

El verdadero milagro, más allá de salvarle la vida a Ascanio era preservar sus órganos. Para ello fue necesario operarlo dos veces. Uno, para extirparle la parte superior del riñón derecho y las masas 'contaminadas'. La segunda operación para terminar la primera fase y recompactar las dos partes del riñón izquierdo.

Las operaciones fueron realizadas en un hospital de Roma, Italia, y el tratamiento del pequeño Ascanio Maria convelló, además, 43 sesiones de quimioterapia. Vive con dos porciones renales, sin que haya tenido que ser sometido a diálisis.

El niño cumplirá siete años en marzo y está bien. Hace vida normal, "idéntica a la de sus compañeros", cuenta la madre, aunque los médicos no excluyen que tenga que someterse a un trasplante de riñón en el futuro.

El nefroblastoma de Wilms golpea fundamentalmente en edades tempranas y adolescenciales. En el mundo hay unos 250.000 niños afectados con este tumor abdominal, que alcanza un 90% de curación.