La joven estadounidense explicó a Metro que su universidad había cancelado las clases el día en el que Irma llegaría de pleno a Statesboro, lugar en el que se ubica el centro universitario. De este modo, ella planeó viajar a Atlanta, a cuatro horas en coche de Statesboro, el día de antes.
Pero había un problema, o iba a clase con su perra o no le daba tiempo a acudir a la misma. “Quería salir lo más rápido posible para no encontrarme con mucho tráfico”, explicó la joven al medio inglés. Además, indica que a la hora a la que iba a finalizar la clase “se esperaba que la tormenta llegara a la zona de mi universidad con algo de seriedad".
Así, Jessica decidió preguntarle al profesor de la clase si ese día podía ir a la universidad acompañado de Luna, nombre de su perra. “Pensé en enviárselo, dije: voy a enviarle un correo electrónico a mi profesor y pedirle poder llevarla, a ver qué dice”, comentó la estudiante.
Decidida a hacerlo, finalmente le mandó el correo a su profesor, el Dr. Kennedy:
“Mi nombre es Jessica Lewis y estoy en su clase de Introducción a las ciencias políticas de las 15.30 horas. Soy consciente de que la respuesta más probable es que no, pero pensé que usted es un profesor lo suficientemente bueno como para decir que sí, así que creo que valdrá la pena.
¿Puedo llevar a mi perro hoy a clase? Me sería de gran ayuda porque su clase es la última del día y tengo que irme a casa nada más terminar la clase, para poder llegar a Atlanta lo antes posible (tratando de evitar el tráfico que va a provocar al tormenta, pero su clase es importante para mí, así que no quiero saltármela) y así no tendría que volver a casa una vez que acabe su clase para coger a mi perra y no encontrar mucho tráfico en la carretera. Prometo que va a ser buena”.
Y aunque Jessica esperaba que la respuesta de su profesor iba a ser un rotundo no, este contestó con un brillante correo respondiendo que “¿creías que decir que soy un buen profesor me llevaría a decir que sí? Porque eso no funcionará. Lo que sí funciona es que usted es obviamente una buena chica, por lo cual puede traerla a clase”.
Con la inesperada respuesta, Jessica llevó a Luna a clase y según relató “se comportó bastante bien”, dejando que todo el mundo la acariciara y recibiendo la atención de cada uno de los estudiantes: “Todos la amaban, y el profesor también la quería. Todos eran geniales y el profesor se reía con nosotros cuando Luna hacía algo gracioso”.
La historia se ha hecho viral debido a que la propia Jessica compartió imágenes del momento a través de sus redes sociales, algo que ha hecho que la Red se rinda ante su actitud y la de su profesor.