Campeona boliviana de boxeo reta a su violador en un vídeo

Noticias Cuatro 08/03/2014 18:42

Han pasado 22 años desde que sufrió los abusos. Era, como dice en el vídeo que subió a su página de Facebook, apenas una niña de cinco años. Fue la noche del 14 de febrero cuando la boxeadora decidió poner fin a su sufrimiento íntimo y hacerlo público tras una noche de intimidad frustrada con su marido cuando no pudo hacer el amor porque, en la oscuridad, lo único que brillaba era la cara de Raúl, su violador.

Unas horas después del frustrado encuentro sexual con su marido, Jennifer cogió su móvil y se grabó en un monólogo que tituló: ‘Palabras a mi violador', un discurso en el que encara y reta a Raúl. "Gracias [Raúl]. Gracias por dejar una huella en mi memoria ya que, gracias a ti, pude alcanzar la gloria. ¿Qué piensas ahora cuando me miras en la tele, en revistas, en periódicos, motivando a las mujeres? ¿Te atraigo aún? ¿Te gusta lo que ves?", sigue en el retador video. Endurece el mensaje y continúa: "¿Sabes cuánto deseo hacerte lo que me hiciste y mucho más? Escupirte, patearte, escucharte gritar, tatuarte en el rostro ‘soy un criminal'. Ladrón, asesino, animal, violador. ¡Maldito seas, hombre con poco valor!"

Cerca de tres mil personas le dieron a "me gusta" en la publicación en Facebook. Otras 2.486 compartieron el enlace y los comentarios al respecto no terminan, además de varios mensajes directos en los que otras mujeres violadas comparten sus experiencias. Alguien más subió el video a Youtube y las reproducciones llegaron a 60.000 en menos de 10 días.

Raúl era uno de los dos trabajadores de la familia que empezaron a abusar de ella sexualmente cuando tenía cinco años de edad. Uno ya murió. El otro sigue impune y libre por las calles. "¿Te acuerdas lo que me hiciste", menciona en el vídeo. Los abusos se daban fuera de su casa, cuando se encontraba en casa de sus primos, a quienes visitaba regularmente. "Había uno que me hacía mucho daño y ese era Raúl, que me provocaba un dolor físico enorme y no le importaba mi sufrimiento”, recuerda Salinas.

"Son cosas de mi niñez... Sentí vergüenza, humillación y culpabilidad, porque no había hablado desde un principio. Al repetirse el abuso, en mi mente me convencía de que era mi culpa que esto pasara. Pero tenía cinco añitos y los abusos terminaron a eso de los nueve. Por eso no entendía lo que me estaba pasando. No le conté a nadie. A mis 16 años fue que mi madre leyó mi diario y ahí empezó a darse cuenta de todo lo que me había pasado", relata al periódico mexicano El Universal la boxeadora.

"Mis entrenamientos y la razón por la que empecé a boxear fue a raíz de ese abuso. Estaba buscando una salida", dice Jennifer a El Universal.Creía que ella, por no denunciarlos, era la culpable de ser agredida reiteradamente. El silencio era su refugio.

Debido al divorcio de sus padres, viajó en su adolescencia a Michigan, junto a su madre, de nacionalidad estadounidense. A medida que crecía, llegaron también los recuerdos amargos y los intentos de suicidio. "Los demonios no dejaban de seguirme. Fueron años muy negativos en mi vida. Hasta hace poco la depresión iba y venía constantemente. Desde lo del vídeo y todo lo que ha pasado, me he sentido mucho mejor", agrega.

Además de la música, Salinas encontró en el boxeo otra válvula para canalizar su furia. En el ring, daba la "pelea que no pude dar antes". "Empecé a boxear y eso me ayudó muchísimo a tratar de distraer mi mente, mi energía, mi espíritu en algo más y no en esos recuerdos. Eventualmente empecé a ganar campeonatos, me volví boxeadora profesional y, con los años, gracias a Dios, pude ser campeona de la FMB el año pasado", resalta.

El video en la red social tuvo reacciones insospechadas. Muchos le exigieron más datos de su violador. Salinas tenía una foto de Raúl, que consiguió en el perfil de Facebook de la hija de su agresor. "Momentos después ‘colgué' la imagen, sin compartir el apellido, porque creo que era mucha información en tan poco tiempo. Pero me pude sentir bien al saber que él ya estaba pagando lo que me hizo, poco a poco. Empezando con la carta, después la fotografía con su primer nombre y ahora ya es conocida su identidad: Raúl Zelaya", asegura.

Entonces, alguien lo reconoció. Se trataba de su vecino en Santa Cruz, en Bolivia. A partir de la difusión en medios bolivianos del vídeo, aparecieron otras niñas violadas por el mismo hombre, entre los que se encuentra una pequeña de ocho años. El violador ha huido.

Según los abogados, es difícil que proceda una denuncia de la boxeadora, porque han pasado 22 años de la primera violación y, según las leyes bolivianas, no deben pasar más de ocho años para que proceda con eficacia una acusación así. Pero Salinas no está interesada en una denuncia. "Lentamente está pagando por lo que me hizo. No sólo a mí, sino a otros también. Está entendiendo la gravedad del daño que causó a otros niños, porque ahora están empezando a hablar más víctimas"..

"Liberada, esa es la palabra. Ahora le puedo hacer el amor a mi esposo. Algo que no podía hacer desde hace mucho tiempo (…). No creo que llegue a perdonarlo, pero ese trauma, especialmente en el momento de la intimidad con mi pareja, era una pesadilla, porque realmente no podía dejar de pensar en él, sentía que nuevamente me estaba pasando el abuso", comparte. Poco a poco se han disipado los recuerdos amargos. Uno de sus planes es crear una fundación que ayude a las mujeres violadas.