Se tira al río Bidasoa huyendo de la policía francesa y le rescatan la Guardia Civil y la Erzantza

EUROPA PRESS 17/02/2017 12:27

El detenido se arrojó al río Bidasoa para tratar de evitar su detención y tuvo que ser rescatado por un cabo de la Guardia Civil y un ertzaina de paisano, que se arrojaron al agua debido a las dificultades que tenía para salir.

Según ha informado la Delegación de Gobierno en el País Vasco, al parecer, agentes galos requirieron la documentación a un individuo sospechoso al descender del tren procedente de Lisboa. Aunque inicialmente les entregó un carnet de identidad, se dio inmediatamente a la fuga corriendo hacia la frontera española.

En un intento por localizarle, la policía francesa llegó hasta un control de la Guardia Civil instalado en Irún, y explicó lo sucedido minutos antes a los agentes del instituto armado, que activaron también su búsqueda. Al final, detectaron su presencia junto al antiguo puente de Santiago.

Cuando los guardias civiles le dieron el alto, esta persona volvió a emprender la huida a la carrera, lanzándose finalmente a las aguas del río Bidasoa.

A esta persecución se unió también una patrulla de la Ertzaintza que realizaba labores de seguridad ciudadana en una zona comercial y otra dotación de paisano, que fueron alertadas a través del Centro de Coordinación Policial y Aduanero de Hendaya (CCPA).

RESCATE

Ante las evidentes dificultades del hombre para salir del agua, un cabo de la Guardia Civil y uno de los ertzainas de paisano se arrojaron al río para rescatarle.

Una vez en tierra, el arrestado fue asistido en primera instancia en una ambulancia desplazada al lugar. Finalmente, se hizo cargo del individuo la Policía Nacional, que tramitó su devolución a Francia.

Una vez puesto bajo custodia de la policía francesa, y a pesar de las dificultades que el arrestado planteó, puesto que la documentación que portaba resultó ser falsa, y en comisaría trató de desfigurarse las huellas digitales mordiéndose las yemas de los dedos, finalmente pudo ser identificado como G.K., varón de nacionalidad congoleña y de 21 años de edad.

Sobre él pesaban dos requisitorias o señalamientos en el sistema de información de Schengen (SIS), uno dictado en junio de 2016 por un Tribunal de Perpignan, por violación de una persona vulnerable, y otro por fugarse de un centro en Bobigny (Francia) en diciembre de 2015.