Kayleigh Fisk, de 30 años, acudió con su bebé al hospital, ya que el pequeño presentaba un corte en una zona muy próxima a uno de los ojos del pequeño.
Cuando una de las enfermeras trataba de curarle, el pegamento con el que trataba de cerrar la herida del corte se derramó por los parpados y acabó pegandol ambos entre sí, según cuenta el diario inglés Metro.co.uk.
Los médicos del hospital de Ipswich, Jan Ingle, en Reino Unido, intentaron despegar los ojos del pequeño Clayton con una solución salina, algo que secó los ojos del pequeño. Después del suceso, madre e hijo regresaron a casa, pero tan solo horas más tarde tuvieron que volver, ya que el Clayton se quejaba de un dolor muy fuerte en el ojo.
"Cuando lo llevamos a casa comenzó a gritar y llorar de dolor por lo que tuvimos que llevarlo de nuevo”, explica la madre al medio inglés.
Después de que el pegamento desapareciera por completo del ojo del bebé, los médicos escribieron una carta de disculpa a Kayleigh. "Lamentamos mucho que esto le haya pasado a Clayton cuando acudió a nosotros. Hemos examinado minuciosamente todas las circunstancias que rodearon su cuidado”, explica la portavoz del hospital.
"En nuestra carta a la familia de Clayton establecimos claramente las medidas tomadas para asegurar que el pegamento de tejidos usado para tratar a Clayton no se vuelva a usar cerca de los ojos", sigue el escrito.
Además, el médico que trató a Clayton se disculpó personalmente y confesó que no había usado su "mejor juicio".