James Lawrence, de 41 años, antes no era capaz de correr ni unos cuantos kilómetros sin terminar agotado. Apenas tenía experiencia en pruebas de resistencia, pero fue en 2005 cuando descubrió que le apasionaba la actividad física y decidió dedicarse a ella. A pesar de la edad y ser padre de cinco hijos, James es considerado hoy en día uno de los atletas más importantes del planeta capaz de superar desafíos extremos.
Según informa Infobae, comenzó a participar en competiciones oficiales en 2007, en la prueba de Steelhead, que consistía en recorrer una distancia de 112km. A partir de aquí, continuó superando retos y soñando con conseguir objetivos cada vez más altos.
Fue cuando decidió realizar las pruebas de Ironman. Es la modalidad más difícil del triatlón que consiste en recorrer 113 kilómetros realizando tres actividades deportivas: 1,9 km de natación, 90 km de ciclismo y 21,1 de atletismo. En 2011, ya había conseguido un récord mundial con 22 Ironman a su espalda.
No solo tenía una motivación personal, sino también una solidaria para colaborar en el proyecto "Tri and Give a Dam", destinado a recaudar dinero para construir presas en África, específicamente, sistemas de retención de agua en Kenia para ayudar a aliviar la sequía y mejorar las condiciones de vida.
En ese momento, Lawrence ya era conocido por todo el mundo y la gente le llamaba “Iron Cowboy” porque siempre corría con un sombrero vaquero. El motivo de esto era porque su familia siempre le decía que cuando corría no le reconocían entre el resto de participantes.
En 2012, rompió un nuevo récord mundial al lograr el mayor número (30) de competencias completadas en un año. Así que decidió ponerse una meta más alta, dejar la distancia sprint y parar a competir en la distancia completa, que se compone de 3,86 kilómetros de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera a pie en un tiempo limitado.
Además, Lawrence mandó un mensaje a los espectadores: "Invitaba a la gente a unirse a mí durante los últimos 5 km de cada maratón. Algunos días lo hacían 10 personas y otros 2,000. Eso me animaba muchísimo".
Superado este último reto, James se centró más en dar discursos motivadores a la gente para que lleven una vida activa: "quiero que las personas sepan que todo es posible y que no permitan que nadie más dicte lo que creen que es posible. Perseguir sus más altos sueños. No hay límites para la vida", enfatizó.
Cuando le preguntan por su futuro y sus próximos objetivos, él contestó: "Quién sabe. Yo sé lo que soy y voy a dejar que se desarrollen las aventuras de la vida y continuar sorprendiendo. Espero mantenerme saludable y continuar empujando las barreras de la mente, cuerpo y espíritu. No escribo el guión, yo soy sólo un personaje de la obra".