Frank Ancona, el líder de la organización racista de extrema derecha Ku Klux Klan (KKK), apareció muerto en las orillas del río Missouri la semana pasada. Según informaciones de The New York Times, Ancona presentaba heridas de bala en la cabeza y su cuerpo fue hallado al día siguiente por una familia que se dirigía a pescar.
Las investigaciones llevadas a cabo por la Policía han situado como sospechosos de asesinato en primer grado a su esposa, Malisse Ancona, y a su hijastro, Paul Dzhinkerson, aunque de momento no se han presentado formalmente cargos contra ellos. El sheriff encargado del caso explicó al diario que el líder del KKK podría haber sido asesinado en su casa el pasado jueves. Por lo visto el asesinato habría estado motivado por una discusión marital que nada tenía que ver con que fuera miembro del KKK.
Los investigadores apuntan que fue su hijastro quien mató a Ancona mientras dormía y luego arrojó el cadáver al río, según declaraciones a The Washington Post. Al parecer se encontró gran cantidad de sangre en el dormitorio principal.
Aunque de momento, las confesiones de su mujer dicen que salió el miércoles por la mañana de su casa hacia el trabajo y después nadie lo vio volver. Su coche fue hallado a unos kilómetros de donde se encontró su cadáver en el bosque Mark Twain National.
Lo que explicó la mujer de Ancona a la Policía de Leadwood fue que su marido había recibido una llamada del trabajo y tuvo que irse. Sin embargo, en el trabajo del líder del KKK negaron la existencia de esa llamada.
Malissa Ancona además aseguró que se llevó todas las armas que tenía en casa y una bolsa de ropa, y la aseguró que la pediría el divorcio en cuanto volviera de trabajar. Asimismo, los agentes encontraron en su domicilio una caja fuerte totalmente vacía y que parecía forzada pero no creen que se tratara de un robo.
Al parecer, Frank Ancona llevaba 30 años siendo miembro del KKK, una organización creada tras la Guerra de Secesión y que promueve la xenofobia, supremacía de la raza blanca, homofobia, racismo, antisemitismo y anticomunismo. Ancona se denominaba a sí mismo "mago imperial" de los Caballeros Tradicionalistas estadounidenses del KKK. Sin embargo, esa "magia" se apagó bajo circunstancias aún desconocidas.