El artista que lleva una semana viviendo en el interior de una roca con sus excrementos

Noticias Cuatro 27/02/2017 16:47

¿Te imaginas vivir durante una semana entera en el interior de una roca? Pues es justamente lo que ha hecho el artista francés Abraham Poincheval.

Este hombre de 44 años decidió vivir siete días dentro de una roca de 12 toneladas y, aunque ha tenido que soportar estar rodeado de sus excrementos, ha asegurado que se ha sentido "muy a gusto", según informaciones de The Guardian.

El artista, que pudo hablar a través de una grieta en la piedra, dijo que había encontrado las fuerzas para esto porque había conseguido entrar "en la cabeza de la gente". "Estoy viajando en esta roca que no se mueve, como un astronauta".

Poincheval fue noticia en todo el mundo cuando las dos mitades de la roca se cerraron el pasado miércoles 22 de febrero en el Museo de Arte de París.

Asimismo, para poder instalarse en el interior de la piedra, el artista talló un agujero con su silueta lo suficientemente grande como para que pudiera sentarse y con un nicho para guardar las provisiones de agua, sopa y carne seca.

"La gente parece muy emocionada. Vienen y hablan a la grieta, me leen poesía o me cuentan cuáles son sus pesadillas o sueños", aseguró Poincheval al mismo diario. Incluso, hubo una niña de nueve años que le expresó sentir devoción por su obra: "Soy una admiradora", le dijo al explicarle que le habían llevado al museo por su cumpleaños.

Si supera la prueba de aguantar una semana dentro de la roca, el artista performance tratará de convertirse en una gallina humana y hacer que eclosionen una docena de huevos sentándose en ellos durante semanas.

Y es que, no todo es coser y cantar. Poincheval asegura que lo más difícil de este reto es el temor de no poder dormir lo suficiente además de que sufre por no saber en qué hora vive. "Tengo una idea del tiempo en relación a las horas del museo. Oigo diferentes sonidos. Pero de lo contrario no tengo la menor noción del día ni de la noche".

Afirma que "puedo dormir pero es muy duro. Es muy extraño, no sé si duermo bien o no". Pero también explica que a pesar de que sólo puede mover sus pies y sus manos unos pocos centímetros "no me siento oprimido [por la roca], me siento completamente a gusto, en conexión real con ella".

"De momento, estoy bien" aseguró, agregando que no había tenido "ningún accidente" haciendo pis en sus botellas de agua vacías. Poincheval cree que "ya estamos encerrados en nuestros propios cuerpos", por lo que la roca no supone un problema para él. Aun así, para mantener el control sobre sí mismo ha estado escribiendo un diario que publicará más tarde. "Es muy complejo. Pasas de un sentimiento a otro. Como si te llevaran en una balsa".

Aunque ésta no es la primera experiencia "extrema" por la que ha pasado este artista performance. Comió gusanos y escarabajos mientras vivía dentro de un oso (al que cosió la piel), fue enterrado bajo una roca durante ocho días y navegó por el río Ródano de Francia dentro de una botella de plástico y corcho gigante. También ha cruzado los Alpes en un barril y el año pasado pasó una semana en lo alto de un poste de 20 metros.