En el autocar, de la compañía Eurolines, viajaban 44 turistas franceses, españoles, ucranianos y rusos, según los medios franceses. Aunque el proceso de identificación de los cadáveres aún no ha concluido, el subprefecto de Limoux, Sébastien Lanoye, ha informado de la nacionalidad de las víctimas mortales.
Lanoye, citado por el diario 'Le Figaro', ha señalado que entre los heridos hay tres que se encuentran en estado grave aunque su vida no corre peligro. Además, ha indicado que todos los heridos han sido trasladados a hospitales próximos y que un equipo de psicólogos ha estado atendiendo a los que han resultado ilesos.
Según el subprefecto, el autocar es "el único vehículo implicado en el accidente", al que respondieron 130 bomberos, 20 ambulancias, cuatro helicópteros y diez gendarmes. El procurador de la República en la ciudad de Narbona (en el departamento de Aude), David Charmatz, ha declarado a la cadena BFMTV que el autocar pasó por encima de la barrera de seguridad y cayó a unos 70 metros.
EL CONDUCTOR, ESPAÑOL, HABLA DE UN ALTERCADO
Lanoye ha apuntado que los responsables de investigar los hechos han hablado con el conductor, de nacionalidad española, y que se barajan dos posibles causas en el accidente: que se durmiera o que, como ha dicho el propio conductor, se produjera un altercado con un pasajero que habría cogido el volante.
El subprefecto ha destacado que el procurador de Narbona ha expresado su "escepticismo" ante esa segunda explicación ya que otros testimonios parecen contradecir esa versión de los hechos. Según los primeros análisis, el conductor no había consumido alcohol ni drogas. BFMTV ha indicado que ya no está arrestado porque se encuentra en estado de shock y por ello no está en condiciones de ser interrogado por los gendarmes.