Prisión para un expolicía que violó a varias niñas mientras estaba de servicio

Noticias Cuatro 17/11/2016 18:45

Hasta 16 cargos de asalto sexual son los que se le imputan a Lawrence Woods, expolicía de 68 años de la ciudad de Flint, en el condado de Genesee, Michigan, que abusó de varias menores de edad inferior a los 13 años mientras estaba todavía de servicio.

La investigación fue abierta a raíz de una denuncia interpuesta por una de sus víctimas en el pasado verano de 2014, que, dando un paso adelante, destapó los abusos que habría cometido Lawrence dos décadas antes.

Gracias a ello, otras víctimas se sumaron a la denuncia y contaron también su trágica historia, contextualizada entre los años 1996 y 1999, cuando Lawrence, que se retiró de su departamento en 2002, todavía era policía.

Iniciando la búsqueda de las pruebas pertinentes, los investigadores encontraron en septiembre de 2014 una gran cantidad de pornografía infantil en las cuatro casas en las que Lawrence había vivido o permanecido durante un tiempo en el pasado.

Más allá, la declaración de una de las víctimas dio cuenta de que además, su conducta estaba marcada por un carácter controlador, autoritario y amenazante, usando su autoridad como policía y el miedo que infundaba para mantener a su alcance a sus víctimas, quienes creía que le pertenecían.

"Destruyó todo lo que quedaba en mí. Tenía pesadillas con él. Todavía huelo la esencia de su colonia. Si estoy fuera en un lugar público y lo huelo o veo un coche como el que él condujo y en el que me forzó a hacer lo que él quería, me invade la rabia. Una rabia que no puedo entender", relata, en declaraciones para MLive.

Según detalla, el expolicía se hizo amigo de su madre, a quien ofrecía drogas y a quien intentaba halagar, llevando a los niños fuera a cenar, comprar y nadar.

"Al principio, sentía que intentaba contentarnos", explica la víctima, que durante el juicio contó que pronto empezó a frozarla a realizar actos sexuales en su habitación, y era amenazada con recibir una paliza si Lawrence se enteraba de que otro hombre la tocaba.

Además, explicó, algunos de los actos sexuales que le obligaría a realizar se produjeron en la propia comisaría y en el coche policial, algo que le llevó a preguntarse por qué nadie del departamento daba un paso adelante y le cuestionaba por su presencia en la comisaría tan tarde durante la noche.

"No sabía si era porque le tenían miedo, porque yo lo tenía también", afirma la víctima, que también señala sentirse decepcionada con su madre, en la que también había depositado su "confianza".

Aunque intentó escapar de las garras de Lawrence, éste siempre se les arreglaba para mantenerla continuamente vigilada.

Tal era la obsesión del agresor, que incluso colocó sensores y otros dispositivos de seguimiento en su apartamento en con el objetivo de averiguar si alguien entraba y salía en algún momento mientras él no estaba en la vivienda.

Ahora, tras haber probado los hechos en juicio, ha sido condenado a una pena que va entre los 15 y 25 años en prisión.

Entre tanto, la comisaría de Flint manifestó su completo por lo sucedido, a la vez que trasmitió su agradecimiento "a las valientes víctimas que dieron el paso de denunciarlo, permitiendo a las autoridades investigar los crímenes y expulsar a este criminal de nuestras calles".