El que fuera vicepresidente del anterior Gobierno del PP, comenzaba sus vacaciones el pasado 18 de julio, cogiendo un vuelo con destino a Mallorca junto a su novia. Sin embargo se trataría de una escapada bastante corta por decisión de un juez.
Y es que cuatro días después, Rato se personaba en los juzgados de Plaza de Castilla de Madrid para declarar como imputado por sus negocios personales de Bankia a través de los cuales podría haber cometido varios delitos fiscales y blanqueo de capitales.
Tras esta fugaz visita a la capital, Rodrigo Rato regresaba de inmediato a la capital de la isla balear para seguir disfrutando de sus vacaciones estivales. A pesar del delicado momento económico que atraviesa, disfrutó junto a su novia de una tranquila jornada en alta mar a bordo de un lujoso velero.
Durante la travesía la joven compartió risas con el expolítico haciendo algunas sentadillas. Mientras Rato disfrutaba de una animada conversación con uno de sus acompañantes, Alicia aprovechó para darse un refrescante chapuzón, cambiando su sombrero por una gorra azul marino.
A continuación se sentó en la proa del barco a leer un libro, mientras Rodrigo, se lanzaba al agua y nadaba durante unos instantes cerca del velero. A continuación volvió a subir a la embarcación y continuaron disfrutando del día en alta mar.