Phillip Pook se ha convertido en la primera persona multada por un collar de descargas eléctricas contra su mascota. El dueño de Dougie, un Border Collie, ha tenido que pagar 2.000 libras (2.2.80 euros) por utilizar este método de castigo para educar a su perro.
El Collie de Phillip Pook llevaba puesto un collar de descargas eléctricas que su dueño utilizaba como método de castigo. Según informa el diario Daily Mail, cada vez que el animal se acercaba a la valla que rodea la casa sufría una descarga.
A pesar del castigo, el perro intentó escapar en varias ocasiones y fue encontrado vagando por una playa cercana al domicilio de su dueño, en Gales (Reino Unido), con el collar ilegal puesto. Una pareja encontró al animal y denunció el caso a una protectora de animales que ha localizado al dueño gracias al microchip implantado en el perro.
Pook es la primera persona multada por usar este método de castigo desde que Gales prohibiera su uso el pasado mes de marzo, convirtiéndose así en el primer país en tomar esta medida.
Los collares de descargas eléctricas son muy populares, tanto para perros como para gatos, en Europa y EEUU, sólo en el Reino Unido se estima que se usan medio millón de estos dispositivos para entrenar y evitar que los animales se escapen.
Estos dispositivos, que cuestan entre 100 y 200 libras, están fabricados en plástico y tienen una batería y dos dientes de metal que se apoyan en el cuello del animal. Cuando el animal se acerca a la valla de la casa el collar emite un pitido de alerta y si intenta salir del jardín se produce la descarga.
El dueño de Dougie, ha admitido que usaba este collar pero afirma que desconocía que fuese ilegal utilizarlos. Pook se defendió afirmando que lo utilizaba porque su perro se escapaba continuamente de su casa en Ogmore-by-Sea, cerca de Bridgend, Gales.