El incidente ocurrió el pasado 3 de octubre, según publicó Le Monde, que cita una nota interna del ente cultural parisino.
Los empleados de la Bastilla le habrían ofrecido a la espectadora quitarse el velo como condición para poder seguir disfrutando de la representación.
La mujer con el velo islámico fue captada por las cámaras y durante el intermedio un oficial de la Ópera les comunicó que tenían que hacer cumplir la Ley aprobada por el Gobierno de derecha de Nicolás Sarkozy que prohíbe el uso en lugares públicos de burkas, velos, niqah y otros elementos que enmascaren o disimulen el rostro.
La pareja, que eran turistas del Golfo Pérsico, abandonó la ópera sin comentarios, ni pedir el reembolso de los 231 euros que pagaron por cada butaca.