¿Educación pública o concertada? Las claves de la batalla, en cifras

Enrique Pérez 24/05/2016 06:52

En juego hay una jugosa tarta de casi 50.000 millones de euros que fue el presupuesto que el Estado destinó en los Presupuestos de 2015 para el capítulo de Educación, un 4,23 por ciento del PIB. Con ello se da cobertura a unos ocho millones de alumnos que cursaban enseñanzas no universitarias de régimen general, según datos oficiales del Ministerio de Educación.

La mayor parte de estos alumnos están matriculados en centros de titularidad pública, en concreto un 68,1 %, frente al 25,4 % de la concertada y el 6,5 % de la privada. Por comunidades autónomas destacan cinco casos singulares. La ciudad autónoma de Melilla y las comunidades de Castilla-La Mancha y Extremadura, por un lado, por su apuesta masiva por una educación pública en detrimento de la concertada-privada. Y, en el polo contrario, Navarra y Madrid en las que ambos modelos se reparten casi a partes iguales porcentajes similares del alumnado.

Pública vs concertada: un arma electoral

Las políticas desarrolladas por diferentes partidos gobernantes en sus marcos de poder han tenido mucho que ver en estas diferencias. La manifestación en Valencia de este fin de semana evidencia que la educación también es un arma de confrontación política que radicaliza fuertemente a la sociedad. Un éxito de convocatoria que llevó al lema de la marcha #salvemoslaconcertada a convertirse en tendencia de éxito en las redes sociales.

Además hemos visto durante décadas la imposibilidad de alcanzar un pacto educativo nacional que supere las diferencias entre concepciones partidistas diferentes. Por ello, no es de extrañar que el anuncio de cambios en la comunidad valenciana haya llevado a las asociaciones de Escuelas Católicas con el apoyo de dirigentes del PP, sindicatos de profesores y asociaciones conservadores de padres a reclamar que no se toque el modelo existente de concierto económico.

En el horizonte está la promesa de Podemos, ahora en coalición electoral con IU (Unidos Podemos) de apostar por la educación pública en detrimento de la concertada. El líder de la formación morada, Pablo Iglesias, criticó con dureza durante la campaña electoral del 20-D y en los meses posteriores la política segregadora seguida por la Iglesia católica en algunos de sus centros, motivo por el cual se mostró partidario de retirarles el concierto.

En las comunidades en la que PSOE y Podemos han alcanzado acuerdos de gobernabilidad, como es el caso de Castilla-La Mancha, su apuesta por la educación pública se ha visto refrendada con una mayor inyección de inversión vía presupuestos, algo muy criticado desde el sector privado.

La apuesta educativa de Ciudadanos no parece estar muy clara. Porque si en Murcia votaron junto a PSOE y Podemos para recortar fondos a la concertada, en Castilla-La Mancha se han alineado con el PP para intentar detener la apuesta pública de la alianza PSOE-Podemos.

¿Quién educa más barato, la pública o la concertada?

En el fondo del debate está lo que cuesta cada alumno para el bolsillo de los contribuyentes, es decir, quién educa más barato ¿la pública o la concertada? y ¿quién lo hace mejor a menor precio?

Esta es la auténtica batalla que hay tras las cifras. El ministerio de Educación, según datos de Euroestat de 2012, sitúa su inversión total por alumno, considerando el conjunto de todos los niveles educativos, en 6.246 euros, una cifra que baja sensiblemente si solo nos fijamos en las etapas de Primaria y Secundaria, en las que la inversión baja hasta los 5.000 euros aproximadamente; o la supera para alcanzar los 7.000 euros en Secundaria.

Frente a estos datos, otros estudios de años anteriores, cifraban la aportación del Estado en valores similares y los enfrentaban al coste de la concertada. En un artículo de Jesús Rogero-García y Mario Andrés-Candelas titulado "Gasto público y de las familias en educación en España: diferencias entre centros públicos y concertados" apuntaba el gasto por alumno en la escuela pública en 2007 en 5.348 frente a los 2.670 de la concertada.

Los autores apuntan también que esta diferencia se compensa posteriormente con un mayor gasto por parte de los padres en actividades y materiales extraescolares, generalmente exentos en el sector público y cuya correlación sería de 1.222 euros en la concertada frente a los 472 euros de la pública.

Diferentes formas de analizar los datos

Pero no todos están de acuerdo con esta diferencia. Según un estudio elaborado por el Área Federal de Educación de Izquierda Unida, la mayor parte de los informes que se realizan sobre esta cuestión no evalúan de forma simétrica todas las variables y acaban deformando los resultados.

Para los expertos de IU, el mito de que es más barato una plaza en la concertada que en la pública sería falso. Ellos aseguran con datos de 2011 que, a igualdad de condiciones (esto es, con los mismos servicios, salarios y ratios), el coste medio por plaza resulta casi idéntico en la enseñanza pública que en la concertada: 4.185 euros frente a 4.184.

Tampoco hay que olvidar el aumento de denuncias por lo que la concertada suele denominar eufemísticamente “actividades formativas complementarias” y que suelen ir desde el pago a una fundación por valor de unos 70 euros mensuales a asesoría, orientación, etc. Incrementos que son cobrados a las familias y que aunque se les atribuye un carácter ‘voluntario’ difícilmente son eludibles sin que ello cause consecuencias en el futuro académico del alumno.

En lo que sí parece haber mayor unanimidad es que la escuela pública llega a rincones inexplorados para la concertada.

Una de las justificaciones del mayor coste por alumno en la pública viene dado por su mayoritaria y casi solitaria presencia en las zonas rurales en las que la escasa rentabilidad ahuyenta a los inversores privados en educación.

También destacan los mejores ratios de alumnos por profesor en la pública que en la privada a excepción de aquellos casos en los que se ha usado la masificación de las aulas para justificar la necesidad de conciertos.

Hay otros dos elementos que encarecen la atención educativa y de los que no suelen ocuparse los centros educativos concertados: los alumnos extranjeros y los de adaptación curricular.