Sanidad recomienda a embarazadas y niños no consumir atún, pez espada ni espinacas

CUATRO 30/06/2011 11:25

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición ha elevado la alerta sanitaria sobre el consumo de grandes pescados, por su alto contenido en mercurio, hortalizas, por el nitrato que contienen, y de crustáceos por su contenido en cadmio.

En cuanto al consumo de pescado, la alerta va dirigida a embarazadas, mujeres en período de lactancia y niños de hasta dos años y medio, quienes deberían evitar la ingesta de pez espada, tiburón, atún rojo y lucio. A los niños de entre tres y doce años la AESAN limita el consumo a 50 gramos por semana.

El mercurio en su forma orgánica es de una elevada toxicidad y puede provocar alteraciones en el desarrollo neuronal del feto y en niños pequeños. No obstante, la AESAN recuerda que es pescado es una parte importante de la dieta gracias a su contenido en proteína, grasas, ácidos grasos omega 3 y de vitaminas A, D, E, B6 y B12.

Sobre las hortalizas, teniendo en cuenta las recomendaciones de los pediatras y los hábitos de consumo, la agencia de seguridad alimentaria recomienda que los bebés de hasta un año no tomen espinacas, ni acelgas y que a los niños de entre un año y tres no se les dé más de una ración semanal. Cuando los pequeños tengan infecciones bacterianas gastrointestinales no deben consumir estas hortalizas. Y una vez que se hayan cocinado deben permanecer en el frigorífico.

El nitrato que contienen las hortalizas de hojas verdes grandes llegan a los vegetales de forma natural. Su toxicidad viene dad cuando el organismo convierte el nitrato en nitrito que, si se concentra en grandes cantidades puede originar la cianosis o 'síndrome del bebé azul' por la falta de oxígeno.

Cuidado con el marisco

El consumo en exceso del marisco también puede ser perjudicial para la salud. La ASEAN recomienda limitar el consumo de la carne oscura de los crustáceos, localizada en la cabeza por su alto contenido en cadmio.

El cadmio es un metal pesado que el organismo tiende a acumular sobre todo en el hígado y el riñón y que puede llegar a ocasionar desmineralización de los huesos, disfunción y fallo renal y, a largo plazo, cáncer. Al igual que en las personas, el cadmio en los animales también se acumula en hígado y riñón, por eso las más altas concentraciones de este mineral pesado se dan en los despojos comestibles y en las cabezas de gambas, langostinos, cigalas y el cuerpo de los cangrejos, alimentos muy habituales en la dieta entre los españoles.