En uno de los intentos de rescate más complejos en la historia de la minería, los ingenieros han perforado casi 700 metros para tratar de liberar a los hombres. Pero una vez que terminen los últimos metros, se necesitarán al menos dos días para sacarles a la superficie, uno a uno, en cápsulas especiales apenas más anchas que los hombros de una persona.
Sirenas, bocinas y campanas se escucharon en las afueras de la mina en señal de que la máquina había finalizado su perforación hasta los 622 metros de profundidad, para dar inicio a una fase final para rescatar a los 32 trabajadores chileno y uno boliviano, en una inédita operación en el sector minero.
El ministro de Minería, Laurence Golborne, quien ha explicado que una vez que tras estar terminado el pozo por el que los mineros saldrán a la superficie, hay que reforzar las paredes con tubos metálicos en un tramo inicial de al menos cien metros, por lo que, en el mejor de los casos, el rescate podría comenzar el próximo martes.
Además, los técnicos sopesan la posibilidad de que algunos de los mineros atrapados, que son expertos en manejo de explosivos, realicen una pequeña voladura en la parte inferior del conducto para hacer un boquete en forma de embudo que evite que el martillo se quede trabado, ya que el pozo no es vertical sino que está inclinado.
Orden de salida
Para determinar el orden de su salida los 33 mineros han sido divididos en grupos. Los primeros en abandonar el refugio en el que están alojados, a 700 metros de profundidad, serán los que se encuentran en mejores condiciones de salud, para allanar el camino a sus compañeros más débiles e indicar a los técnicos las dificultades del trayecto. Este grupo contará con una cuatro o seis personas.
"Tras ellos subirán los mayores, los más gorditos, el que tiene diabetes, el que tiene dificultades respiratorias y alguna otra dificultad importante", ha explicado el ministro de Salud, Jaime Mañalich.
A continuación emprenderá el ascenso el último grupo, integrado también por algunos de los más fuertes, que permanecerán en el fondo de la mina hasta el final del rescate para ayudar a los perjudicados por el encierro en el caso de que se produzca algún contratiempo.
La primera dama, con las familias
Las noticias sobre la salida de los trabajadores sepultados fueron recibidas con alegría y expectación por los cientos de familiares instalados en el campamento "Esperanza", adonde llegó este viernes la esposa del presidente Sebastián Piñera, Cecilia Morel.
La esposa del mandatario chileno ha declarado a TVN que los familiares tienen "una alegría muy alta, mezclada con mucha ansiedad".
"Mi idea es tratar de contribuir como orientadora familiar que ha trabajado tantos años con mujeres a transmitirles algo de calma y paz", ha señalado Morel, quien ha expresado su malestar por comentarios que vinculaban interesadamente su llegada con la ruptura de lo