Todo esto sucedió porque en septiembre, cuando la joven madre estaba embarazada de 32 semanas le anunciaron que su bebé tenía problemas en el corazóny en más órganos e iba a necesitar nacer por parto inducido y permanecer en el hospital bajo cuidados intensivos posteriormente, pero la unidad de maternidad del hospital de Cardiff (Gales, Reino Unido) estaba cerrado por un virus general.
Como posibles opciones para dar a luz bajo cuidados intensivos les redirigieron a los hospitales de Bristol, Birmingham, Southampton u Oxford.Y aquí comenzó su odisea.
Inicialmente se dirigieron al Hospital de San Miguel de Bristol, la ciudad más cercana de todas, para poder tener un parto inducido el 12 de octubre, pero al llegar les dijeron que no había camas suficientes.
De vuelta a casa, preocupados y frustrados, decidieron conducir hasta el Hospital John Radcliffe en Oxford el 16 de octubre, pero fueron enviados a casa el mismo día porque no había camas, otra vez.
La pareja regresó a Oxford el 19 de octubre, cuando por fin Danielle tuvo un parto inducido y el bebé Toby Thomas pudo nacer; si bien es cierto que una semana y 500 kilómetros después de cuando tendría que haberlo hecho.
Además, la pareja tuvo un problema añadido en esta odisea: el cuidado de sus otros dos hijos pequeños, a los que tuvieron que dejar con sus abuelos durante toda la semana, y las dos semanas posteriores en las que los padres tuvieron que quedarse en el hospital de Oxford por la necesidad de cuidado continuo del pequeño Toby.
Toby fue finalmente trasladado a la unidad de maternidad de Cardiff el 4 de noviembre y dado de alta el 9 de noviembre.
La joven pareja por fin está feliz y tranquila con su nuevo hijo en casa, pero la mala atención de los servicios sanitarios de Cardiff les ha dado más de un disgusto: además de haber tenido que estar tres semanas fuera de casa, viajando, gastando dinero en gasolina, teniendo que separarse de sus otros dos hijos de 5 y 6 años y pedir a sus padres y familiares que los cuidasen, Ceirion, el padre, electricista de profesión, no ha podido trabajar durante las tres semanas, por lo que no han tenido nada de ingresos durante todo ese tiempo.
"Lo que debería haber sido el momento más feliz de nuestras vidas con nuestro recién nacido se convirtió en una pesadilla en la que no sabíamos cuándo podríamos volver a casa", dijo Danielle.
Por su parte, Jenny Thomas, el director de maternidad en el hospital de Cardiff se ha disculpado con la familia y ha declarado que harán todo lo posible por ayudarles con el pequeño Toby en los próximos meses.