En la playa de Aguadulce, Almería, ha aparecido muerta una tortuga gigande de casi dos metros de longitud. Una jornada vacacional para los turistas que se ha visto alterada por la visita sorpresa del reptil marino que yacía sin vida en la orilla de la costa andaluza.
Los bañistas no podían creer lo que estaba ocurriendo, así que no dudaron en llamar inmediatamente a los miembros del 112 avisando de la aparición del cuerpo de una tortuga, de gran peso y envergadura. El animal medía exactamente 1,8 metros y era una tortuga Laús (Dermochelys coriácea), aunque según la asociación Equinac, los que trabajaron en los servicios de atención del galápago, afirmaron que "el mal estado del cadáver nos impide, una vez más, realizar necropsia, por lo que se han tomado todos los registros y datos necesarios y se ha procedido a solicitar la retirada del cadáver por parte de los servicios de limpieza municipales".
Una auténtica catástrofe que ha de solucionarse cuanto antes, pues en menos de 24 horas han fallecido dos tortugas de este tipo en la provincia de Almería. En la localidad de Cuevas de Almanzora apareció el cadáver de otra tortuga marina que "desapareció como por arte de magia", puntualiza la asociación. Sin embargo, con el segundo cadáver en Aguadulce, ha generado que los mismos miembros de Equinac realicen un llamamiento en las redes sociales concienciando a los bañistas del cuidado que hay que tener con todos los seres vivos marinos.