A orillas del Éufrates, en Siria, se forman a futuros terroristas del ISIS. Les inculcan valores como la guerra o el odio y persiguen que los pequeños quieran ser yihadistas. A partir de los 16 años los encargados de llevar el campamento de verano consideran que están ya formados. Niños que están llamados a sembrar el terror en nombre de Alá.