Putin ha vuelto a condenar el derribo de un caza Su-24 en la frontera siria, después de una supuesta violación del espacio aéreo turco que Moscú niega. "Es una inexplicable y traicionera puñalada por la espalda de quienes considerábamos compañeros y aliados en la lucha contra el terrorismo", ha afirmado.
"Parece que el Gobierno turco está empujando deliberadamente las relaciones a un punto muerto. Lo lamento", ha añadido el mandatario ruso, que no ha especificado consecuencias concretas de esta crisis bilateral, según las agencias de noticias rusas.
Putin ha apuntado que aún está esperando una disculpa por parte turca o una propuesta para asumir los daños, algo en lo que también ha incidido el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. "Todavía estamos esperando una explicación realista", ha afirmado en declaraciones a los periodistas.
Peskov, sin embargo, ha descartado que Rusia esté estudiando la imposición de sanciones contra Turquía o un "embargo" sobre sus productos alimentarios. Sí habrá, en cualquier caso, "medidas de control adicionales".
El negocio del terrorismo
Por otra parte, Putin también se ha referido a la necesidad de ampliar el enfoque en la lucha contra el terrorismo. En este sentido, ha asegurado que hay quien "encubre" a los "terroristas" en cuanto al tráfico de armas, petróleo, personas, drogas y obras de arte.
"Algunos siguen llevándose cientos y miles de millones de dólares con esto", ha afirmado el presidente durante una ceremonia de recepción de nuevos embajadores. Sin citar a nadie, Putin ha criticado la "pasividad de algunos países" e incluso la "complicidad directa" con grupos como Estado Islámico.