"Todas podemos pasar por esto un día. No duele el útero. Lo que duele es el alma porque existen personas tan crueles que son impunes", ha dicho la joven en su cuenta de Facebook, según la publicación Último Segundo, que ha preservado su identidad.
Esta chica, de 16 años, vive con su familia en una favela de Río de Janeiro. Según su propio relato, el día de la agresión quedó con su novio, Lucas Perdomo, un jugador de fútbol del Boavista, de 20 años de edad.
Como recoge RT, la joven se dirigía a la Plaza Seca, en el barrio de Jacarepaguá, pero nunca llegó al sitio y tampoco recuerda lo sucedido a continuación. Fue drogada y despertó al día siguiente, desnuda en una casa en la que había 33 hombres armados.
La adolescente fue abandonada por los presuntos violadores en aquel lugar. Cuando llegó a casa, ocultó a su familia lo sucedido. Sus padres se enteraron de lo ocurrido cuando vieron las fotos y el vídeo difundido por los agresores en las redes sociales. El caso ha provocado la indignación de la sociedad brasileña.