Ventajas de unirse a las milicias chiíes frente al Ejército iraquí para combatir al EI

Noticias Cuatro / Agencias 01/02/2015 17:25

Armas más sofisticadas y actuales, munición ilimitada, más días libres y un salario mayor son algunas de las ventajas de pertenecer a las milicias chiíes de Irak. La consecuencia es que muchos soldados se plantean abandonar el Ejército y combatir bajo otro mando, pero con el enemigo común del Estado Islámico.

Un ejemplo de ello es que los soldados regulares de las milicias obtienen unos 600 dólares al mes, un salario similar al de un capitán del Ejército iraquí. Además, por cada diez días de trabajo obtienen otros diez de vacaciones, frente a los siete días libres que tienen los soldados iraquíes por cada veinte de servicio.

Por otro lado, mientras que la deserción en las Fuerzas Armadas está castigado con la pérdida de salario o rango, el abandono de las milicias chiíes no conlleva ningún tipo de consecuencia o proceso de disciplina militar.

RESPUESTA AL LLAMAMIENTO DE AL SISTANI

Estas milicias se hicieron fuertes cuando miles de ciudadanos iraquíes se unieron de forma voluntaria en respuesta al llamamiento del líder de los chiíes del país, el gran ayatolá Ali al Sistani, que instó a la población a defender Irak ante el avance del Estado Islámico el pasado mes de junio.

El grueso de esta milicia, que en árabe se denomina 'multitud popular', está formado por hasta seis grupos chiíes, lo que hace más difícil su convivencia con el Ejército regular iraquí. Aunque no hay cifras oficiales del número total de integrantes, se calcula que podrían oscilar entre los 60.000 y los 90.000.

Pese a ayudar en combatir al Estado Islámico, el Ejército ha mostrado su preocupación por el hecho de que estas milicias actúan de forma independiente al Ejército, y en ocasiones de forma especialmente violenta, según recoge el portal iraquí 'Niqash'.

"EL EJÉRCITO NO TIENE NINGUNA AUTORIDAD"

"Todo el mundo cree que el ejército es la principal fuerza y que las milicias chiíes lo apoyan. Pero la realidad sobre el terreno sugiere que el Ejército no tiene en realidad ninguna autoridad sobre estas milicias y que estas toman sus propias decisiones", explica el capitán Mohamed al Saadi, de la provincia de Salahaddin.

Al Saadi relata como en ocasiones, incluso estas milicias no cooperan entre sí. "Cada grupo trabaja de forma separada y hay conflictos en algunas zonas, sobre quién controla qué", afirma.

De hecho, en la provincia de Anbar, en su mayor parte bajo dominio del EI y donde se combate para evitar que alcance Bagdad, las milicias han adoptado una posición de desconfianza ante el Ejército, hasta el punto de no informar de la información ni los ataques.

Según explica el teniente Amjas Rahim, las milicias han desarrollado su propio sistema de inteligencia y organización y no comparten ninguna información con el Ejército. "Realizan ataques contra el Estado Islámico en secreto, sin decirnos los detalles", asegura.

Sin embargo, pese a estos problemas, numerosos miembros de las Fuerzas Armadas --incluidos Rahim y Al Saadi-- reconocen que estas milicias juegan un papel crucial en la lucha contra el Estado Islámico.