El portavoz de la organización Dialogue Group, Ballantyne Agiri, ha indicado al diario que Soyinka sería el encargado de liderar el equipo de seis negociadores para buscar una paz duradera en la región. Los Vengadores anunciaron el domingo su disposición a dialogar con el Ejecutivo de Muhamadu Buhari.
Según esta fuente, que no ha querido revelar el resto de nombres, Soyinka ha sido elegido por sus antecedentes como luchador por la libertad así como por su personalidad al margen de cualquier tribu. Al parecer, ha añadio, los Vengadores llevaban meses buscando a personalidades creíbles capaces de defender su postura frente al Gobierno.
Agiri solo ha adelantado que algunos de los nombres del resto de integrantes del equipo negociador también causarán sorpresa porque se trata de personas que "han servido a este país en distintas capacidades".
En su comunicado del domingo, los Vengadores dijeron que iban a "continuar la observación de nuestro anunciado cese de hositilidades en el Delta del Níger contra (...) las corporaciones multinacionales de petróleo".
"Pero seguiremos adoptando continuamente nuestra guerra asimétrica durante este periodo" si las fuerzas de seguridad nigerianas "detienen, intimidan, invaden y acosan a civiles inocentes", han advertido. "Prometemos luchar más por el Delta del Níger si fracasa esta oportunidad" de diálogo, subrayaron.
La convulsa región del sur de Nigeria ha sido escenario de actos de violencia contra oleoductos y gaseoductos desde principios de año, reduciendo la producción de petróleo a 700.000 barriles al día, frente a los 1.560.000 anteriores.
Cualquier acuerdo de alto el fuego sería difícil de aplicar ya que la escena miliciana está dividida en pequeños grupos dominados por jóvenes parados movidos por la pobreza, quienes son difíciles de controlar incluso por sus "generales".
El grupo ha dicho que apoyaría un diálogo "para hablar con el Gobierno federal de Nigeria, representantes de los países de todas las multinacionales petroleras y mediadores internacionales neutrales". Los Vengadores han sostenido que luchan por los beneficios petroleros para sacar a la región de la pobreza, planteando incluso la idea de la secesión, un objetivo fuera de cuestión para el Gobierno.