Con los ánimos caldeados en el lado ucraniano y en el lado prorruso era cuestión de horas que pasara algo. Y el detonante ha sido la explosión de un helicóptero ucraniano derribado por un francotirador en la ciudad de Kramatorsk. Volaba muy bajo para inundar la ciudad con panfletos en los que se pide a la gente que se aleje de los edificios oficiales por si acaso. Sitiada desde el jueves por tropas ucranianas, es ya el epicentro de un conflicto que puede provocar la Tercera Guerra Mundial, en palabras del primer ministro ucraniano que ha acusado de nuevo a Rusia de estar detrás de todo al tiempo que ha ordenado reforzar las unidades especiales que rodean los accesos de Slaviansk y que han mostrado las cajas llenas de cócteles molotov con lo que los separatistas sembraron el caos durante su huida hacia el interior de una ciudad lista para lo peor.