Turquía pide autorización para realizar operaciones militares fuera de sus fronteras

cuatro.com 04/10/2012 09:24

Después de que fuerzas militares turcas atacaran varios objetivos en territorio sirio en respuesta al fuego de mortero lanzado desde el otro lado de la frontera y que provocó cinco muertos y de que la OTAN intentara frenar la oleada de violencia, el Gobierno turco ha pedido la autorización del Parlamento para lanzar operaciones militares fuera de sus fronteras, por considerar que la actual crisis en Siria amenaza a su seguridad, según consta en un memorial a la Cámara.

No obstante, un asesor del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha asegurado que el Ejecutivo de Ankara no pretende entrar en guerra con Siria y continuará con sus iniciativas políticas y diplomáticas.

A pesar de estas declaraciones, la oleada de violencia entre Turquía y Siria se ha recrudecido en los últimos días. Las fuerzas militares turcas han atacado varios objetivos en territorio sirio en respuesta al fuego de mortero lanzado desde el otro lado de la frontera y que provocó cinco muertos.

La oficina de Erdogan ha advertido de que "nunca dejará sin respuesta" las "provocaciones" del régimen de Bashar al Assad, al que ha atribuido el ataque, según informa la agencia de noticias Anatolia.

La OTAN ha intentado frenar la oleada de violencia condenado el ataque con obús perpetrado por el régimen sirio y han instado al régimen de Bashar al Assad a poner fin de "inmediato" al continuo lanzamiento de proyectiles contra las localidades fronterizas turcas, ya que constituyen "violaciones flagrantes del Derecho Internacional" y "un motivo de gran preocupación" para los aliados.

"Dentro del espíritu de indivisibilidad de la seguridad y la solidaridad que deriva del Tratado de Washington, la Alianza sigue permaneciendo del lado de Turquía y exige el cese inmediato de tales actos agresivos contra un aliado", al tiempo que "insta al régimen sirio a poner fin a las violaciones flagrantes del Derecho Internacional", reza el comunicado aprobado por los Veintiocho aliados tras la reunión de urgencia que han mantenido a nivel de embajadores para discutir los incidentes.