Aunque medios locales dijeron en un primer momento que el sospechoso se habría suicidado, el jefe de la Policía local, David Brown, explicó que el hombre que se atrincheró tras su presunta implicación en el tiroteo en Dallas falleció tras la explosión de un artefacto enviado por un robot de las fuerzas de seguridad.
El sospechoso había avisado a los negociadores de que "el final está llegando" y de que tenía intención de "herir y matar" a más agentes de Policía, según explicó Brown en rueda de prensa.
Este individuo era el tercer sospechoso, mientras la policía ha detenido a otros dos, según el periódico local Dallas News.
Este sospechoso, había advertido bombas en todo el garaje, lo que obstaculizó el acceso de las fuerzas especiales, de acuerdo con las informaciones que barajaba la Policía de Dallas.
"Todavía no estamos seguros de que tengamos a todos los sospechosos", ha añadido el jefe Brown, quien ha recomendado a la población que se mantenga alejada de la escena del crimen.
Por el momento reina la confusión, y la Policía de Dallas ha dejado en libertad a uno de los detenidos, del que colgó su foto en Twitter.
Ha reconocido que se trata de un error y que Mark Hughes, quién se entregó a las fuerzas policiales, no es sospechoso de participar en el tiroteo.
La alerta pública en toda la ciudad ha sido anulada excepto en su espacio aéreo: hace unos minutos, la Administración Federal de Aviación (FAA), ha restringido los vuelos sobre el centro de ciudad.
"De momento, todos los motivos están sobre la mesa", ha indicado el jefe de Policía, quien confirmó que los disparos fueron efectuados desde dos puntos lo suficientemente separados como para atrapar a los agentes "en un fuego cruzado", concluyó Brown antes de dirigirse al hospital donde se encuentran ingresados los agentes.