La pequeña Bea ha nacido entre las ruinas del aeropuerto de Tacloban. Se llama así en honor a su abuela, desaparecida tras el paso del tifón. Su madre, también fue arrastrada por el agua, pero logró salvarse para después dar a luz. El agua estuvo también a punto de llevarse a la misma alcaldesa de la ciudad y a toda su familia. Vive frente al mar. Primero se subieron a las mesas, pero cuando los muebles comenzaron a flotar tuvieron que hacer agujeros en el techo para salvarse. "Ahora tenemos que ayudarnos entre nosotros" cuenta entre lagrimas. Su ciudad está devastada. Algunos velan los cadáveres en las calles, otros cuerpos siguen tirados en las aceras. Con los hospitales saturados, muchas víctimas se refugian en las iglesias conscientes de que han perdido lo que más querían. Quienes han sobrevivido no tienen agua, ni luz, tampoco comida, ni medicinas....se suceden los saqueos de las pocas tiendas que están abiertas