La nueva cosecha en Sudán del Sur no consigue eliminar la amenaza del hambre y la malnutrición

EUROPA PRESS 06/11/2017 13:31

La amenaza del hambre no desaparece en Sudán del Sur donde la actual temporada de recolección no supondrá un gran alivio para los ciudadanos puesto que el conflicto que estalló en 2013 se mantiene en la mayor parte del país y la hiperinflación sitúa los alimentos fuera del alcance de muchas personas. Además, los niveles de malnutrición han aumentado.

Así se desprende de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF) publicada este lunes por el Gobierno sursudanés, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y otros socios humanitarios.

"La temporada de recolección no ha supuesto un gran alivio para los millones sursudaneses que carecen de alimentos suficientes. El cinturón verde del país ha resultado devastado por los combates, y encontrar una solución pacífica a esta tragedia provocada por el hombre debería ser la principal prioridad, o la situación empeorará el próximo año", ha defendido el representante de la FAO en el país, Serge Tissot.

El número de personas que padecen inseguridad alimentaria severa en todo el país podría bajar a 4,8 millones entre octubre y diciembre, frente a los 6 millones que había en junio. Sin embargo, subraya el informe, estos 4,8 millones suponen 1,4 millones más que en el mismo período de 2016, y gran parte de este aumento corresponde a quienes se encuentran en la categoría de "emergencia", es decir, la fase 4 de los 5 niveles de la CIF.

Según el informe, se prevé que la situación de la seguridad alimentaria empeore a principios de 2018, ya que la "temporada de carestía" --cuando las familias suelen quedarse sin alimentos tras una cosecha y antes de la siguiente--, comience tres meses antes de lo habitual.

En Sudán del Sur, son muchos los que apenas tienen medios para hacer frente a las privaciones de la temporada de carestía, por lo que es previsible que la situación se vuelva cada vez más precaria, han alertado.

"Una respuesta humanitaria masiva ayudó a evitar una hambruna en algunas zonas del país este año. Pero incluso con la actual temporada de cosecha, millones de personas necesitan ayuda sostenida para sobrevivir", ha subrayado el representante del PMA en el país, Adnan Khan.

"Resulta estremecedor considerar que en el peor de los escenarios, podrían aparecer condiciones parecidas en múltiples lugares durante la temporada de carestía de 2018", ha añadido, en referencia a la situación de hambruna que se vivió durante unos meses este año en dos condados de la provincia de Unity.

Los equipos a cargo del análisis han indicado que en los condados de Wau y Ayod, hay un total de 25.000 personas que se enfrentan a una situación "catastrófica", en nivel más alto dentro de la escala de la CIF.

El panorama más preocupante es en Gran Baggari, en Wau, donde al menos el 15 por ciento de la población se enfrenta a condiciones de hambruna, la inseguridad ha limitado considerablemente las actividades de subsistencia y la ayuda humanitaria, señala el informe, subrayando la necesidad urgente de abrir un corredor humanitario desde Wau a esta zona para permitir que los organismos suministren ayuda integral.

AUMENTO DE LA MALNUTRICIÓN

Por otra parte, según el Gobierno sursudanés y las agencias de la ONU, la malnutrición ha empeorado también en comparación con el mismo período del año pasado, llegándose a tasas de malnutrición en la mayoría de las comunidades muy por encima del umbral de emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del 15 por ciento, y con más del 30 por ciento de la población malnutrida en varios condados.

En este sentido, según las previsiones, más de 1,1 millones de niños menores de 5 años sufrirán malnutrición en 2018, incluidos cerca de 300.000 niños con malnutrición severa, lo que conlleva un mayor riesgo de muerte.

El representante de UNICEF en el país, Mahimbo Mdoe, ha lamentado que "demasiados niños pasan hambre en Sudán del Sur". "Más de una quinta parte de las personas con dificultades para alimentarse son niños menores de cinco años", ha resaltado, incidiendo en que "esto ha originado un problema de malnutrición que está poniendo en riesgo muchas vidas".

La inseguridad sigue dificultando la producción alimentaria y perturbando los mercados. Una gran parte de los productos básicos --como sorgo, maíz y harina de trigo-- han incrementado su precio hasta en un 281 por ciento en comparación con 2016, llegando incluso a subidas de hasta el 560 por ciento en mayo, en el momento álgido de la temporada de carestía.

A nivel nacional, millones de personas sobreviven gracias a la ayuda humanitaria, por lo que si las organizaciones humanitarias ven obstaculizado más su acceso, "la situación empeorará rápidamente" el próximo año.