Uno de los guardias de seguridad del estadio en París, identificado únicamente con el nombre de Zuheir, impidió a uno de los terroristas entrar al partido amistoso que enfrentaba a Francia y Alemania.
El hombre, aclamado como un héroe tras hacerse pública su actuación, evitó la tragedia si el atacante se hubiera hecho explotar dentro, donde había 80.000 espectadores.
Zuheir al cachear al terrorista se dio cuenta que ocultaba algo bajo las ropas y dio la voz de alarma, pero se quedó custodiando su puerta. El asaltante huyó corriendo hacia la calle Avenue Jules Rimet, donde hizo explotar el chaleco matando a dos personas.
Tres minutos después, un segundo asaltante también hizo estallar en las inmediaciones del estadio la carga que llevaba encima y un tercero detonó igualmente su chaleco explosivo en un McDonald's cercano al recinto.
Zuheir ha contado que después cuando escuchó por el 'walkie' que estaban evacuando al presidente Hollande se dio cuenta de que aquel hombre no llevaba petardos.
La Policía francesa ha confirmado el relato del guardia y los agentes sospechan que el terrorista intentaba provocar una estampida letal de gente en el interior del estadio.