Durante su comparecencia ante la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes, Sessions ha señalado que el magnate no ha ejercido ningún tipo de influencia sobre el Departamento de Justicia, que ha encargado a varios fiscales que estudien la posibilidad de abrir una investigación sobre posibles irregularidades en la Fundación Clinton, así como el acuerdo de uranio alcanzado bajo la Administración del expresidente Barack Obama.
La decisión de examinar estas cuestiones ha levantado la duda sobre la posibilidad de que Trump esté utilizando el departamento para desviar la atención de la pesquisa sobre una posible injerencia rusa en su campaña electoral.
Los fiscales en cuestión examinarán los informes sobre posible mala praxis por parte de la Fundación Clinton y de la Administración Obama a la hora de llevar a cabo el acuerdo de uranio en 2010, cuando Clinton se encontraba al frente del Departamento de Estado, según ha informado el diario local 'The New York Times'.
Según ha recogido la cadena de televisión CNN, Sessions ha manifestado que, a pesar de que el Departamento de Justicia considerará abrir investigaciones al respecto, aún es pronto para saber si se asignará un fiscal especial a cargo de dichas pesquisas.
"Puedes tener una idea, pero a veces tenemos que estudiar cuales son los hechos y evaluar si se cumplen los requisitos para asignar un fiscal especial", ha aseverado Sessions, que solicitó el lunes que se nombrara a un fiscal especial al frente de las investigaciones. "Parece que no hay suficientes indicios para ello", ha añadido.
"Un presidente no puede influir indebidamente en una investigación", ha afirmado Sessions, que ha expresado que "él no ha sido impropiamente influenciado ni lo será".
"El presidente dice lo que piensa. Es claro y directo sobre lo que dice. La gente lo eligió, pero hacemos nuestro trabajo todos los días basándonos en las leyes y los hechos", ha zanjado.