Santos disuelve la mesa de negociaciones con las FARC en un acto simbólico

EUROPA PRESS 26/01/2017 21:02

Santos ha hecho de anfitrión en un acto celebrado este jueves en la Casa de Nariño, en Bogotá, para condecorar a los países garantes --Cuba y Venezuela-- y al Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) por su contribución a las negociaciones de paz, dándolas así por concluidas.

"Con este acto, de manera simbólica, estamos cerrando la mesa de negociaciones", ha dicho. "Hoy nos preocupamos por cómo implementar la paz y ya no --¡ya no!-- por cómo seguir enfrentando la guerra con las FARC", ha celebrado.

Santos ha expresado su agradecimiento "y el de todo el país" a los representantes de Cuba y Noruega, Rodolfo Benítez y Dag Nylander, respectivamente, y al jefe del CICR en Colombia, Christoph Harnisch, a quienes ha premiado con la Orden de San Carlos en el grado de Gran Cruz.

"Sin el apoyo de Cuba y de Noruega este proceso no hubiera sido posible", ha afirmado. A este respecto ha revelado que el secuestro del general Alzate, que a punto estuvo de dinamitar el proceso de paz, se resolvió gracias a los países garantes.

De la isla caribeña, ha destacado su "esfuerzo en todos los aspectos", como garante y como sede del diálogo de paz" y ha definido a Benítez como "un hombre con un gran profesionalismo y una paciencia a toda prueba", gracias al cual se han resuelto "graves crisis".

"Con respecto a Nylander, puedo decir que pocas personas, como él, han estado involucradas en el proceso en toda su duración: desde la primera hora hasta hoy", ha destacado. "Los negociadores del Gobierno lo llaman 'el santo noruego'", ha confesado.

De Harnisch ha señalado "un profesionalismo excepcional --ha respondido a todas nuestras solicitudes, a menudo volando a La Habana a las pocas horas de recibir una llamada nuestra--, yendo mucho más allá de las tareas que suele cumplir el CICR en el mundo".

El pasado 24 de agosto el Gobierno y las FARC cerraron un primer acuerdo de paz, tras casi cuatro años de negociaciones en La Habana, que fue rechazado por los colombianos en el referéndum del 2 de octubre, lo que obligó a las partes a ajustarlo con las propuestas del sector crítico.

El resultado fue un nuevo acuerdo de paz el 12 de noviembre que, aunque sigue sin contentar a los detractores de los textos de La Habana, fue ratificado por el Congreso el 1 de diciembre y ha comenzado a implementarse.