Según informa el diario The Mirror, la matrona realizó una exploración a Hazel para darle la terrible noticia de que el bebé que esperaba había muerto, su corazón no latía.
Destrozada volvió al hospital días después para comenzar a tomar las pastillas abortivas pero Hazel insistió una y otra vez y consiguió que le realizaran una segunda exploración, en ella los médicos descubrieron que el bebé estaba vivo.
Amelia nació el 13 de enero en el Royal Victoria de Newcastle. La pequeña llegó al mundo con el hígado y el intestino en el exterior de su cuerpo y problemas respiratorios , pero su salud mejora día a día.
Desde el Hospital General de Hexham han pedido disculpas a Hazel y han aceptado su responsabilidad por el sufrimiento causado. "Hemos tomado todas las medidas adecuadas para evitar que esto suceda en el futuro", aseguran los responsables del centro.