Kim, de 77 años, es sospechoso de haber supervisado o incluso protegido a la confidente, Choi Soon Sil, según han confirmado a la agencia surcoreana de noticias Yonhap fuentes del Gobierno.
Este polémico caso, que ha salpicado además a los ejecutivos de varios de los conglomerados más importantes del país, como Samsung o Hyundai, ha acabado con la destitución de la actual presidenta. Si bien ya no ejerce de forma temporal el cargo, el Tribunal Constitucional deberá ratificar su destitución en los próximos 180 días.
Además de contra Kim, que ejerció de jefe de Gabinete de Park entre 2013 y 2015, se han impuesto prohibiciones de salida del país a otras figuras clave del escándalo, entre ellas varios médicos acusados de haber tratado a la presidenta sin redactar informes oficiales.
El portavoz del equipo de la investigación del escándalo, Lee Kyu Chul, ha confirmado que se ha prohibido salir del país a varias personas, si bien se ha negado a dar detalles sobre quién está sujeto a estas restricciones.
'IMPEACHMENT' A PARK
El pasado fin de semana, el Parlamento surcoreano aprobó someter a un juicio político a la presidenta, que desde el momento de la votación --que contó con 235 votos a favor, más de los 200 que necesitaba--, ha quedado apartada del cargo mientras el primer ministro, Hwang Kyo Ahn, asume de forma interina los poderes de la Presidencia.
Tras esta decisión, se ha establecido una investigación tras la cual el Tribunal Constitucional, en no más de 180 días, deberá tomar una decisión sobre si acepta o no la destitución de la mandataria.
El partido conservador se enfrenta a su peor crisis tras salir a la luz la trama, que señala a la presidenta de permitir a su confidente interferir en asuntos del Estado --a pesar de que ésta no tenía ningún cargo dentro del Gobierno-- para beneficiar a dos ONG de su propiedad.
A pesar de haberse disculpado públicamente ante el pueblo, el índice de aprobación de Park cayó a un mínimo histórico del 4 por ciento, según la compañía local de sondeos Gallup Korea.