La puerta de la mezquita exhibía este martes una nota en alemán y turco que confirma el cierre permanente del templo. La Policía ha confirmado esta medida, mientras que la cadena local RBB ha informado de que los propietarios del inmueble y la asociación religiosa que la gestiona han cancelado el contrato de arrendamiento.
Las fuerzas de seguridad sospechan que la mezquita ha servido de punto de encuentro para radicales islamistas. Entre los asistentes figura Amri, que tras embestir a una multitud con un camión el 19 de diciembre huyó a Milán (Italia), donde terminó siendo abatido por la Policía.
Un portavoz policial, Winfried Wenzel, ha tomado nota de la decisión de la asociación de no usar más el edificio, si bien teme un traslado de los radicales. Wenzel ha respaldado que se ilegalice ahora al grupo para evitar una posible reapertura.