"Supe que les haría muy felices"."Ellos siempre intentaron ayudarme a perder peso, y supe que reaccionarían tal y como lo han hecho", relata orgulloso Irwin.
Tras pasar el umbral de los 136 kilos, Irwin pesa actualmente unos 75 e intenta quemar caminando las calorías que consume a diario con éxito. "Antes, yo creía en un 99 por ciento que para quemar calorías había que hacer ejercicio, y yo lo odiaba. Pero he descubierto que es mucho más fácil para mí controlar las calorías que consumo", afirma.
Gracias a esto, Irwin consigue seguir comiendo sus platos favoritos, simplemente "en pequeñas cantidades".
El padre del joven declara que "estaba más impresionado que nunca, pero por dentro, rebosaba de alegría"
Por su parte, la madrastra afirma que "recordar la figura que él tenía antes me llena los ojos de lágrimas, estoy tan orgullosa de él"