Una mujer de 34 años ha confesado a la Policía que inyectó veneno para ratas y herbicidas en los yogures que dejó a la salida de un colegio de educación primaria cuando los estudiantes se dirigían a sus casas.
Tres de los menores intoxicados se encuentran en estado grave aunque los doctores no temen por sus vidas, según ha informado la agencia estatal de noticias, Xinhua. La Policía local ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias de los hechos.