Park ha elegido al exfiscal Park Young Soo, uno de los dos candidatos que los partidos opositores le recomendaron el martes, y se ha comprometido a cooperar "de forma activa" con la investigación que éste lleve a cabo, según ha informado la Presidencia surcoreana, citada por la agencia Yonhap.
En declaraciones a la prensa, el portavoz de la presidenta, Jung Youn Kuk, ha dicho que Park también responderá a un interrogatorio directo del consejo independiente y explicará su postura sobre el caso.
"Esperamos que, a través de la investigación independiente y los (consiguientes) procedimientos judiciales, toda la verdad tras este escándalo pueda ser revelada", ha subrayado el portavoz.
El fiscal designado, que actualmente trabaja como abogado privado, es conocido en Corea del Sur por haber gestionado importantes casos de corrupción en los que estaban involucrados conglomerados locales.
Según Yonhap, se espera que su equipo de investigación, que estará integrado por 105 efectivos, incluidos 20 fiscales, comience a trabajar pronto, ya que tiene la orden de investigar el caso durante tres meses, con la posibilidad de que la propia presidenta amplíe el plazo un mes más.
Su cometido será investigar las acusaciones que pesan sobre Park, su confidente, Choi Soon Sil, epicentro del escándalo, y a otros antiguos asesores. Park ha sido citada por la fiscalía como cómplice y se la considera responsable de abuso de autoridad, filtración de secretos oficiales y coerción.
Desde la Presidencia, se han negado las acusaciones contra la mandataria y se ha confiado en que su "inocencia" quedará demostrada mediante la investigación del consejo independiente, que se espera que se inicie en diciembre.
Después de que el consejo independiente presente cargos contra cualquier sospechoso en el caso, un tribunal de distrito dictaminará sobre el mismo dentro del plazo de tres meses. Posteriormente, un tribunal de apelación y el Tribunal Supremo pronunciarán sus sentencias dentro de un período de dos meses cada uno.
Este martes, la propia Park se mostró dispuesta a dimitir y reiteró sus disculpas por lo ocurrido, afirmando que "siente un gran pesar" por no poder reducir el malestar público por el escándalo en el que se ha visto inmersa.