Alan Ward y Kirsty Ogle son una pareja que vive en Fenham, New Castle, y en un periodo de 10 días llegaron a realizar hasta 13 pedidos de comida a domicilio para su vecino, a cualquier hora del día y de la noche.
Después de las quejas de los responsables de los restaurantes a los que realizaban los pedidos y del propio vecino damnificado, la policía rastreó el número de teléfono para descubrir quién estaba detrás de tan pesada broma.
Los autores de los hechos han reconocido que es "una broma que ha ido demasiado lejos" y el abogado de la pareja declaró que el desempleo fue el causante de tan hilarante broma: "el desempleo había hecho un trabajo tonto para unas manos tan ociosas", declaró en la corte tal y como recoge Metro.
El juzgado les multa con 150 libras a cada uno de ellos, que irán destinados a indemnizar a su vecino, quien declaró en el juicio los complicados días que vivió: "nunca he estado tan nervioso y paranoico. Sospechaba de todo el mundo y estuve acusando erróneamente a personas que creía que estaban detrás de los pedidos".