Pocos minutos antes de reunirse con los atletas, el Pontífice ha lanzado un mensaje en su cuenta de Twitter (@pontifex) en el que pide "que el deporte sea un instrumento de intercambio y de superación y nunca de violencia y de odio".
El Pontífice, acompañado por autoridades políticas, entre ellas, el gobernador de Río, Sergio Cabral, y el alcalde Eduardo Paes, y religiosas, también ha impartido la bendición a las decenas de personas presentes en el acto, la cual ha extendido a sus familias, y les ha pedido que recen por él.
Además, se le ha escuchado bromear acerca del tiempo al decir que "va a haber que mandarle una docena de huevos a las monjas clarisas" para que deje de llover.
A la salida del Palacio, el Papa se ha subido al fiat gris para dirigirse a la comunidad de Varginha (Manguinos) donde pronunciará el tercer discurso de su viaje a Brasil con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.