La extrema derecha francesa aprovechó las movilizaciones contra el matrimonio homosexual para salir a la calle y hacerse notar a su manera. El Gobierno responsabilizó a grupos ultras de estar detrás de los violentas disturbios que sacudieron el país hace unas semanas, con ataques a la sede del Partido Socialista incluido. Y la ultradrecha reapareció el miércoles con la brutal agresión a un joven estudiante de 18 años, Clement Méric, conocido por su militancia antifascista. Está en coma cerebral después de que recibiera una paliza de un grupo de skin heads en el centro de París. La policía busca a sus agresores. El gobierno cree que pertenecen al grupo neonazi JNR, Joven Nacionalista Revolucionario. “El odio nos ha golpeado”, ha dicho el ministro del Interior. “No consentiremos este tipo de violencia”, añade. Mientras, en Francia todos se echan las manos a la cabeza porque han despertado a la ‘bestia’.