Oxfam alerta de la situación de desprotección a la que se enfrentan las viudas provocadas por Boko Haram

EUROPA PRESS 07/10/2017 09:05

Hambrientas, desesperadas y sin protección ni ayuda. Así se encuentran buena parte de las miles de viudas provocadas por la violencia del grupo yihadista Boko Haram en el noreste de Nigeria, muchas de las cuales no ven otra salida para sacar adelante a sus hijos que la mendicidad o incluso la prostitución, alerta la organización no gubernamental Oxfam.

Boko Haram tiene en su punto de mira a hombres y jóvenes, miles de los cuales han sido asesinados o secuestrados desde que el grupo lanzó su insurgencia en 2009, aunque otros muchos también han desaparecido durante las operaciones de las fuerzas de seguridad sin que se hayan vuelto a tener noticias de ellos.

"Las mujeres y los niños que dejan atrás enfrentan una crisis humanitaria sin protección, con poco o ningún apoyo, y bajo la amenaza de explotación y abusos sexuales", explica a Europa Press Nafkote Dabi, responsable de Advocacy de Oxfam para el Lago Chad. "Pese a todo, su lucha por la supervivencia en un ambiente lleno de inseguridad no deja de sorprenderme", añade.

Además de quedar viudas al cargo de sus hijos y de otros familiares dependientes y tener que abandonar sus hogares en busca de un lugar seguro, muchas de ellas aún viven con el recuerdo fresco en la memoria del asesinato de sus maridos. "Estaba en el mercado cuando Boko Haram vino a mi pueblo. Dejé caer todo y corrí a mi casa, en busca de mi marido y mis hijos. Encontré el cuerpo de mi marido junto a la puerta, con la cabeza cortada y colocada sobre su espalda", relata Yasmina, de 48 años y natural de Gwoza.

Pero, como explica Dabi, "la experiencia de Yasmina no es única en el noreste de Nigeria sino que es la misma historia para miles de mujeres afectadas por el conflicto, mujeres que han perdido a sus maridos y que actualmente viven en campamentos para personas desplazadas". "Mujeres que recurren a actividades peligrosas como la recolección de leña, que las expone a agresiones sexuales", agrega.

Según explica la responsable de Oxfam, la gran mayoría de los desplazados -que son principalmente mujeres y niños_por Boko Haram en el noreste de Nigeria "carecen de alimentos, refugio, educación y atención médica, así como de derechos básicos como la protección y la libertad de movimiento".

En esta región, precisa, "los hombres han jugado a menudo el papel de protector y proveedor de su familia, mientras que las mujeres solían ocuparse del hogar". Ahora, la vida de las mujeres ha dado un giro de 180 grados y se encuentran sin la protección y los ingresos que proporcionaban sus parientes varones.

MENDIGAR Y PROSTITUIRSE PARA SOBREVIVIR

Ante esta circunstancia, sin medios de vida para subsistir, algunas mujeres y sus familias se han visto abocadas a "recurrir a estrategias de supervivencia inseguras como la mendicidad", advierte Dabi.

Hadiza es una de ellas. "Mis hijos tienen que ir al mercado y mendigar", cuenta esta mujer desplazada de 30 años. "El dinero que obtienen es el que usamos para comprar comida. No nos sobra para ninguna otra cosa", explica, justificando así que no puede enviar a sus hijos a la escuela. "No tengo dinero", se lamenta y cuenta que a menudo piensa en que si su marido siguiera vivo "las cosas serían diferentes".

Las mujeres desplazadas en Maiduguri, capital del estado de Borno y que vio nacer a Boko Haram, cuentan que la venta ambulante o la mendicidad son las actividades que suponen mayor riesgo de violencia y explotación sexuales para las jóvenes.

Pero para muchas de ellas, "la única manera de ganar suficiente dinero para alimentar a su familia es practicar sexo de supervivencia a cambio de dinero o comida, o para lograr un permiso para salir del campamento en busca de otro medio de subsistencia", indica la responsable de Oxfam. De hecho, algunos campamentos de desplazados se han convertido en "pozos de prostitución".

LAS MUJERES SIN AYUDA, LAS MÁS VULNERABLES

"Las mujeres que no reciben asistencia humanitaria regular y no pueden llevar a cabo sus actividades de subsistencia anteriores, son particularmente vulnerables a una forma u otra de abuso", explica Dabi. En 2016, el grupo de trabajo de protección en Nigeria denunció violaciones, abusos sexuales y explotación en la mitad de los 26 sitios para personas desplazadas en el noreste.

"Teniendo en cuenta que tradicionalmente la violencia sexual se denuncia menos veces de las que sucede, se puede suponer que la prevalencia real es mucho mayor", subraya Dabi, que recuerda que a principios de 2017 Human Rights Watch ya denunció que mujeres y niñas desplazadas en Nigeria eran objeto de violaciones y explotación sexual a manos de los milicianos pero también de los miembros de las fuerzas de seguridad y de otros desplazados.

Ante esta circunstancia, es fácil comprender que las mujeres desplazadas estén reclamando "más personal femenino de seguridad, incluyendo mujeres policías, para sentirse más cómodas a la hora de plantear sus preocupaciones", señala la responsable de Oxfam.

"Hay muchas más mujeres que hombres aquí. Me sentiría más cómoda con mujeres a cargo de la seguridad. Es más fácil explicar los problemas que las mujeres enfrentan a otras mujeres", sostiene Fátima, una desplazada de 18 años. La investigación llevada a cabo por Oxfam en Maiduguri ha puesto de manifiesto que la Policía es el colectivo al que menos desean acudir mujeres y niñas en caso de agresión.

Además de los abusos y la explotación de los que son víctimas estas mujeres, muchas de ellas viven con el dolor presente de no saber qué fue de sus maridos y de sus seres queridos. "Los echamos de menos, siempre hablamos de ellos", confirma Hadiza.