El máximo responsable de ACNUR, Filippo Grandi, ha instado a evitar "bajo todas las circunstancias" el retorno "involuntario" de refugiados y ha denunciado el caso concreto de Camerún, que habría incurrido en varias devoluciones forzosas este año. El más reciente, este pasado martes, se saldó con la vuelta de 887 nigerianos, en su mayoría niños.
El grupo fue repatriado a la zona noreste de Nigeria a bordo de seis camiones del Ejército nigeriano y la Policía camerunesa. Los traslados se realizaron a través del paso fronterizo de Kolofata y los refugiados han terminado en Banki, donde la situación ya es límite al acoger a 45.000 desplazados internos, mucho de ellos sin siquiera refugio.
"Las devoluciones a Nigeria ponen al límite los pocos servicios existentes y no es sostenible por ahora. Tenemos que evitar a cualquier precio una nueva emergencia ahora que comienza la temporada de lluvias", ha advertido Grandi en un comunicado.
La incertidumbre entre los refugiados nigerianos en Camerún es tal que varias decenas de personas se han ocultado ante el temor a ser devueltos a Nigeria contra su voluntad. El último traslado se produjo nueve siete días después de que las autoridades camerunesas avisasen a los afectados.
ACNUR ha instado a los dos países vecinos a abstenerse de nuevas medidas similares y a seguir colaborando con la agencia para facilitar un proceso de retorno voluntario que respete los estándares internacionales. Asimismo, ha pedido a todos los países que garanticen protección para quienes huyen de la violencia y el hambre en el noreste de Nigeria, bastión del grupo terrorista Boko Haram.