Cuenta Daily Mail que Nuray Sacan estaba convencida de que su hijo era el hazmerreir de su entorno y para evitarle esa "vergüenza" contrató los servicios del hospital Gazi en Ankara, la capital turca.
Tras una operación que los especialistas calificaron de "satisfatoria", Sacan mostró su disconformidad con los resultados obtenidos y dijo que el tamaño de las orejas de su hijo eran ahora mayor que antes de la intervención.
Descontenta con el proceso y convencida de que tenía que "salvarle de tener las orejas grandes" llevó a su hijo hasta el servicio de mujeres del hospital y allí le dio muerte estrangulándole con su bufanda.
Después se dio a la fuga huyendo en su vehículo y en su carrera sufrió un accidente estrellándose contra otros coches estacionados en la vía.
Atendida por una ambulancia fue trasladada a un hospital donde confesó su horrible crimen. Fue en ese momento cuando contó que lo hizo tratando de "protegerlo de una vida de dolor".
Los especialistas que la han visto niegan que padezca ningun trastorno psicológico.