Fue la pareja, de Palmadale, California (EEUU) la que llamó a Emergencias tras darle una paliza mortal a Gabriel en mayo de 2013. El fiscal, Jon Hatami, ha asegurado durante el juicio que intentaron ocultar lo que habían hecho: “Golpearon al niño hasta la muerte porque era homosexual”.
El sanitario de emergencias que lo atendió en la casa, James Cermak, ha explicado al tribunal que no podía creer lo que vio. "Fue una increíble la cantidad de traumas que había en su cuerpo", ha dicho según informa el diario The Mirror. Gabriel de ocho años había sufrido un paro cardíaco. Fue trasladado al hospital pero murió dos días después.
Isauro Aguirre y la madre del niño, Pearl Fernández, maltrataban al niño porque era gay. Lo quemaban con cigarrillos, lo amordazaban, lo obligaban a comer su vómito y heces de gato. Llegaron a dispararle con una pistola de aire comprimido. Le daban tremendas palizas y la última no pudo superarla. En alguna ocasión, Aguirre obligó al Gabriel a ir al colegio vestido de niña.
La defensa de Aguirre, John Allan, ha argumentado que su cliente perdió el control cuando el niño le pidió a su madre que lo dejara. “Es culpable de asesinato, pero no es cierto que quisiera matarlo torturándolo”, ha afirmado.